Hola Richard, como estás. Tu comentario es muy extenso, si me lo permites solo comentaré algunas cosas.
Ahora sí ... estoy ante un teclado.
Ante todo me gustaría explicar un poco qué es la filosofía, que quizás es lo que mejor domine, y que me parece que se confunde muchas veces con otras cosas. AL menos la filosofía de los grandes pensadores occidentales. Empezando por Descartes por ejemplo.
Con la llegada de gente como Kepler, Galileo, Giordano Bruno y algunos otros se produce una revolución o transformación profunda sobre la concepción de la realidad. Durante la edad medieval se concebía la realidad mediante una muy burda interpretación del Timeo de Platón (Nietzsche tenía razón cuando decía que el cristianismo fue platonismo para el pueblo, dado que el cristianismo sale de judeohelenizados).
La visión que tenían de la realidad es que existía el mundo terrenal o mundano, que era imperfecto, pecaminoso, lleno de seres bajos, violentos, efímeros, lleno de ignorancia, necesidades y mal. Y luego existía el reino de los cielos: formado por almas eternas y libres que convivían con Dios todo poderoso (las estrellas eran almas divinas y la luna era una santidad divina). Se veía el cielo, pues, como un mundo perfecto, bueno y eterno.
Con Galileo eso se rompe. Se descubre con el telescopio como la Luna no tiene nada de santidad etérea y perfecta, sino que como en la Tierra tb presenta valles, accidentalidades, etc. Y que los planetas no son seres perfectos y divinos. Por tanto se aprecia como el cielo no es el reino de los cielos predicado por las sagradas escrituras, sino que el cielo es un mundo accidentado y muy mundano, como el nuestro. De hecho se plantea ya, lo hace Giordano Bruno, la posibilidad de que estemos en un universo con infinitos mundos habitados por otros seres efímeros e imperfectos como nosotros.
La primera cuestión que surge es: ¿Y donde está Dios si ya no está en los cielos? ¿existe Dios acaso?
Lo que encuentran es que el universo, este mundo material y efímero nuestro, tiene algo de divino y eterno: sigue leyes universales, necesarias y comprensibles, en vez de ser caótico, absurdo y por tanto, incomprensible. De aquí llegan a la conclusión de que el mundo material o físico es, en el fondo, divino -Una creación divina. (Es lo que Einstein llama "el misterio de la existencia")
Aquí es cuando empieza toda la filosofía moderna con Descartes, que deja muy claro que su preocupación es intentar demostrar que las nuevas ciencias que están surgiendo (mecánica, medicina, óptica, etc) no son una representación fantaseosa y supersticiosa más del mundo, sino que realmente nos reflejan cómo es realmente el mundo: nos despiertan de la ignorancia y nos acercan a la verdad.
Con las meditaciones metafísicas, Descartes, ni nos explica cómo es el mundo de forma filosófica ni lo pretende hacer. Lo que nos explica es el porqué podemos estar seguros de que las verdades que nos proporciona el método científico son precisamente verdades y por tanto, podemos fiarnos de ellas y, por tanto, afirmar que nos muestran cómo es y actúa en verdad la realidad.
Para empezar intenta demostrar que existe nuestra mente, que percibe el mundo exterior. Distinguiendo con ello un objeto material exterior de la percepción que pueda yo tener de él. por tanto, con la consideración de la existencia metafísica del YO y del mundo material (es un mundo metafísico o supuesto) aparece la noción fundamental de la modernidad: que existe lo subjetivo y lo objetivo.
Será subjetivo todo lo que sea fruto de mi mente: como los colores, la sensación de frío o calor, los olores, gustos, etc...
Será objetivo todo cuanto hace referencia a propiedades intrínsecas de los SUPUESTOS objetos exteriores que yo percibo. Y estas cualidades son básicamente 3:
-Espació o extensión (posición o volumen que configura un cuerpo)
-Tiempo (momento donde está un cuerpo)
-Causalidad (de donde vienen y a donde van)
Descartes afirma que estas propiedades no son subjetivas, no nos las imaginamos nosotros, sino que son realmente propias de los cuerpos que existen en el mundo físico. Es más, el mundo físico, para el francés, no es más que una cosa hecha de espacio-tiempo+causalidad. Nada más.
Con ello, lo que nos indica es que el mundo físico es puramente geométrico y por tanto lo podemos comprender mediante la geometría. Y además, es un mundo completamente determinado (por la voluntad de Dios), con lo cual su parte más minúscula refleja completamente la totalidad ¿Qué significa eso?
Que conociendo las leyes geométricas fundamentales del universo entonces, nos bastaría con conocer la posición de un simple cuerpo cualquiera en un momento dado para derivar, de ese pequeño conocimiento, todo lo que ha sucedido en el universo, todo lo que está sucediendo actualmente y todo lo que sucederá en un futuro infinito (Esto lo volverá a afirmar Laplace al pensar que con las leyes de Newton y una potencia de cálculo brutal esa deducción predicada por Descartes 150 años antes ya se podría hacer).
El primero que pone en duda poder hacer esto es Kant en su crítica de la razón pura. Porqué Kant hace lo mismo que Descartes: no se dedica a decir como es el mundo, sino a estudiar hasta qué punto el método científico moderno puede representar fielmente al mundo y por tanto, podemos usar la ciencia como guía fiable. Y Kant se da cuenta que la ciencia siempre será una tosca aproximación hacia lo real; que nuestro conocimiento del mundo siempre será revisable y elaborado sobre leyes incompletas e imperfectas.
Luege viene todo eso de Hegel, Husserl, y la fenomenología (el positivismo) que intenta desacreditar el escepticismo Kantiana. Estos idealsitas de mediados del s.XIX intentaron justificar que la ciencia no era una mera aproximación a lo real, sino que representaba fielmente lo real y, además, estaban convencidos de que a las ciencias ya les faltaba muy poco para adquirir el conocimiento completo sobre el mundo -Cabe recordar con nostalgia como a finales del sXIX los físicos pensaban que ya casi conocían todos las leyes que gobiernan realmente al universo y que solo faltaba terminar de ligar algunos pequeños cabos sueltos que faltaban (como lo de la catastrofe ultravioleta, y alguna chorradilla más). Pero esto sucedía en todos los campos. En política-economia Marx consideraba que el advenimiento del estadio social definitivo de la humanidad estaba ya al caer en manos del comunismo. O los logicistas pensaban que estaban a punto de descubrir el método para demostrar de forma mecánica (mediante puras inferencias) todas las verdades matemáticas posibles.
En fin, a finales del s.XIX era general la profunda convicción idealista de que el progreso moderno estaba a punto de llegar a la culminación y adquirir un conocimiento absoluto y definitivo en todos los ámbitos.
Luego, a lo largo de estos 130 años, han pasado muchas cosas y nuestra posición es muy distinta. Primero, con el advenimiento de la mecánica cuántica ya dudamos de que el mundo sea un lugar racional y comprensible (completamente determinado). es decir, dudamos seriamente de que todo cuanto sucede pueda ser representado mediante algoritmos computables. Pues sabemos que hay algoritmos no computables (los que nos dan series de datos aleatorios por ejemplo, o algoritmos que nos generan paradojas y contradicciones autorrecurrentes insolubles).
Pero el dilema gordo no termina con esto, sino que empieza ahora. Nos damos cuenta, a nivel psicológico y neurológico, que nosotros nunca comprendemos lo real, sino que llamamos y creemos como real sólo lo que logramos comprender. O dicho de otra forma: no es que Dios creara nuestra inteligencia, como se ha creído de un modo u otro desde Galileo, Newton o Einstein, sino que nuestra inteligencia ha creado a Dios como herramienta de comprensión. Y en la medida que ha necesitado esta herramienta para comprender y generar algo "real" se ha creído en él. Y sobretodo, se ha amado, deseado y por tanto, se ha visto en todas partes.
Por tanto, estamos entrando en una nueva dimensión del conocimiento: que la realidad no está "allí fuera", sino que lo real es una artificialidad cognitiva humana. ¿Hacia donde nos llevará todo esto? No lo sé, pero es algo que está empezandoa verse poco a poco.