¿De verdad ya no se puede decir "alumnos" y, en las aulas, se debe decir alumnado por ser más "inclusivo"?
Uno de los problemas de estas directrices es que presuponen cierta inteligencia en quienes deben seguirlas, y como la inteligencia entre los "inclusivicisionistas" brilla por su ausencia, en la práctica se encuentra uno con despropósitos como éstos:
"Sólo podrá venir un padre o una madre a recoger al alumnado".
Esto lo he visto como instrucción en un colegio (por aquello de evitar aglomeraciones por la COVID). El resultado es que, el idiota que ha redactado eso, está diciendo (aunque no creo que lo pretendiera) que los padres tienen que elegir un representante que recoja a los hijos de todos.
También he visto una lista en cuya cabecera ponía:
Nombre del alumnado:Y a ver quién le explica al idiota que ha escrito eso que "el alumnado" no tiene nombre, los alumnos sí. Hace tiempo trataba de explicar al mis alumnos la diferencia entre \( x\in \mathbb R \) y \( X\subset \mathbb R \) explicándoles que cuando leemos \( x\in \mathbb R \) nos están diciendo que \( x \) es un número real, que puede ser positivo o negativo, racional o irracional, etc., mientras que cuando leemos \( X\subset \mathbb R \) estamos diciendo que \( X \) es un conjunto que puede contener muchos números reales, por lo que no tiene sentido plantearse si \( X \) es positivo o negativo, racional o irracional, ya que puede tener numeros de todos los tipos a la vez. En cambio, hay otras cosas que pondemos plantearnos, como si es finito o infinito, que no tienen sentido cuando decimos que \( x\in \mathbb R \).
Pues el idiota del alumnado parece no tener claro que, ante un alumno, podemos plantearnos si se llama Pedro o Ana, pero ante el alumnado no tiene sentido hablar de su nombre, porque es un conjunto de alumnos, y cada cual tendrá el suyo.
También he visto instrucciones para sentar a los alumnos en el aula manteniendo las distancias de seguridad en las que se habla de ocupar en la segunda fila los asientos correspondientes a los huecos entre el alumnado de la primera fila. Ahora resulta que el alumnado tiene huecos. Y este idiota, no sé quién será, pero es un profesor universitario.
Tengo un problema. ¿Cuando una palabra se considera masculino?
Juez acaba en z y existe jueza, doctor en r y existe doctora....
Entiendo las palabras que terminan en o, pero no entiendo las que terminan en ente, z, r.....
Depende de a quién abarques en el "se". Si te refieres a los "inclusiviciionizantes" idiotas, toda palabra que no acabe en a es masculina. Si te refieres a gente con cultura, la respuesta es que no depende de la terminación, sino de la naturaleza del sufijo, y a menudo de la etimología. Por ejemplo (pasando por alto matices muy particulares por simplificar un poco) todas las palabras que vienen de segundas declinaciones latinas son masculinas y tienen derecho a su femenino (con independencia de que dicho femenino no haya estado en uso por falta de mujeres a los que aplicarlo). Por ejemplo, médico viene de
medicus y tiene derecho a su femenino "médica", aunque durante mucho tiempo no haya habido médicas a las que aplicarlo. Lo mismo vale para abogado, arquitecto, etc.
En cambio, "jueza" es un invento que la RAE ha aprobado porque su criterio es aprobar los usos extendidos, pero no deja de ser un producto de la incultura de los "inclusi..." eso. Juez viene del latín
iudex que es una forma arcaica de "ius dicens", es decir, "leydicente" o "el que interpreta la ley". Y "leydicente" es como "cantante" o "estudiante", es un participio con la misma forma masculina y femenina. Decir "jueza" es retorcer el lenguaje a lo tonto.
Hoy en día si alguien dice "presidente" a una mujer se le acusa de ser de VOX, y es verdad que "presidenta" está en el diccionario de la RAE desde hace siglos, pero eso es porque es una palabra pija del siglo XVIII. Si nos fijamos en el campo de palabras que han formado un femenino en "enta", nos encontramos apenas unas pocas: "presidenta, parturienta, dependienta, asistenta, clienta" y pocas más. (No hay que incluir aquí femeninos de adjetivos con forma masculina en "ento", no en "ente" como "suculento/a", "truculento/a", etc.)
Esas palabras corresponden a las que podía usar una mujer de clase bien del siglo XVIII, es decir, una mujer inculta (no por naturaleza, sino porque a las mujeres no se les dejaba estudiar), pero con poder económico como para que nadie les llevara la contraria: una mujer que se dedicaba a parir hijos (y por eso se consideraba parturienta), a ir a comprar (y por eso se consideraba clienta y hablaba con dependientas), que tenía una criada (una asistenta) y poco más. Eso sí, si la ponían al frente de la comisión tal de su parroquia, se consideraba la "presidenta" de tal o cual, y quienes eran de categoría social inferior pero hablaban mejor que ella, no se atrevían a contradecirla, y los que podían hacerlo: los hombres de su misma categoría y con más cultura, no lo consideraban caballeroso, y le seguían la corriente paternalmente. Como no estudiaba, no hablaba de "estudiantas", como no presumía de inteligente, no se consideraba "inteligenta", etc.
Es irónico que el feminismo de hoy en día convierta en signo de identidad lo que en realidad es una reliquia de la incultura a la que se veían forzadas las mujeres de otros tiempos.
En cambio, el sufijo "-or" tenía en latín su femenino "-trix", como "motor/motriz" "actor/actriz", pero el castellano lo ha sustituido por "-ora", pero no deja de ser cierto que -or es masculino, por lo que es razonable decir doctor/doctora, señor/señora, etc.
Y así podríamos discutir cada sufijo. Y la conclusión no siempre es obvia, pero lo que sí que es obvio es que muchas de las conclusiones "inclusivistas" son aberraciones lingüísticas.