Un compañero de departamento, fue convocado por la a Junta que se ocupaba de los exámenes de las materias de matemáticas para las PAU (prueba de aptitud universitaria) para comentar sobre los exámenes a realizar ese curso. Mi compañero que hacía varios años que no impartía cursos de COU (curso de orientación universitaria) me pidió que le diera alguna sugerencia para comentar a la Junta.
Verás, le dije, lo más insólito del examen de matemáticas de la PAU es la “monstruosa” falta de representatividad. En cada una de las dos opciones (A o B), se propone una pregunta teórica y un problema. Estadísticamente la pregunta teórica era muy previsible de unas siete u ocho: demostración del teorema de Rolle, demostración de que toda función derivable es continua, etc. Peor es lo del problema, en una inmensa mayoría de casos en la opción A o la B aparece la discusión de un sistema lineal según parámetros.
En conclusión, la probabilidad de aprobar el examen es altísima practicando problemas de un solo tema y memorizando unas cuantas demostraciones. Así que yo que tú propondría un examen en donde el contenido sea más denso y representativo, por ejemplo poniendo varios problemas cuyos contenidos afecten a varios temas.
Después de la reunión mi compañero me comento: oye Fernando, sabes que les ha gustado la propuesta, van a poner cuatro problemas de temas distintos en cada opción.
Lo que me desmoralizó bastante es que ninguno de la Junta hubiera reflexionado antes sobre la diferencia entre ganar un concurso de triples a Michael Jordan si el concurso constara de un sólo tiro o de treinta. En fin …
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