La idea es la siguiente. El grafo tiene un ciclo euleriano, es decir, un camino que empieza y acaba en el mismo vértice y que pasa exactamente una vez por cada arista del grafo. Cada vez que atravesamos una arista con un extremo en \[ A \] y otro en \[ B \] cambiamos de conjunto de la partición. Pero como el camino es cerrado, al final debemos haber cambiado un número par de veces, para acabar en el mismo conjunto en el que empezamos. Como el ciclo pasa exactamente una vez por cada arista, el número de aristas que unen un extremo de \[ A \] y uno de \[ B \] debe ser par.